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¿Cómo hacer juegos de mesa caseros?

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juegos de mesa caseros divertidos
Tiempo de lectura: 13 minutos

Tabla de contenidos

Un juego de mesa casero es justo lo que necesitas para impresionar a todos en tu próxima noche de juegos. Pero antes de revelar tu obra maestra, tendrás que diseñar los conceptos básicos, tales como metas y reglas. Una vez que esto se haya resuelto, estarás listo para crear un prototipo y probarlo. Después de que se resuelvan los problemas en las pruebas, todo lo que necesitas hacer es pulir el producto final y estarás listo para jugar. A continuación, te diremos ¿Cómo hacer juegos de mesa caseros?

1. Diseña el juego

Escribe tus ideas, nunca se sabe cuándo llegará la inspiración perfecta. Puedes encontrar que la combinación de dos ideas diferentes crea un concepto de juego nuevo y ordenado. Mantén un registro de ideas en un cuaderno, en tu computadora o en una aplicación en tu teléfono.
Puede resultarte especialmente útil tener a la mano tus herramientas para tomar notas cuando estés en la noche de juegos, ya que algunos juegos clásicos pueden ayudarte a generar la idea perfecta para crear tu propio juego de mesa.

2. Elige un tema

Los temas pueden denominarse como el “género” de cualquier juego de mesa. Por ejemplo, los juegos de guerra complejos tienen conflictos, políticas de jugadores y estrategias de colocación de piezas.

Puedes encontrar inspiración en novelas, cómics o tus series de televisión favoritas. Por otro lado, puedes recurrir a la mitología y las leyendas que se utilizan a menudo al desarrollar temas. Sus elementos comunes incluyen vampiros, brujas, magos, dragones, ángeles, demonios, gnomos y más.

3. Utiliza mecánicas

Las mecánicas son las formas en las que los jugadores interactúan con el juego de mesa y entre ellos mismos. Por ejemplo, en Monopoly, la mecánica se centra en tirar los dados, comprar o vender propiedades y ganar dinero.

A algunas personas se les ocurre una mecánica y luego crean un tema en torno a ella, mientras que a otras se les ocurre un gran tema y luego adaptan las mecánicas para que coincidan con ese tema. Experimenta para encontrar lo que funcione mejor para ti. Las mecánicas comunes que podrían interesarte incluyen turnos, tirar dados, movimiento, robar cartas, colocar fichas, subastar y más.

4. Determina el rango de edad

El rango de edad de tus jugadores influirá en la complejidad del tablero de tu juego de mesa y sus reglas. Si estás diseñando el juego para niños, es mejor que sea simple, fácil de entender y divertido. Para los adultos, podrías crear algo más competitivo, emocionante y complejo.
Ten en cuenta tu tema cuando decidas el rango de edad. Un juego de caza de zombies no será adecuado para niños, pero podría ser perfecto para los adultos.

5. Establece límites de jugadores, tiempo y tamaño

Algunos juegos de mesa caseros están limitados por el tamaño del tablero, la cantidad de fichas de jugador o la cantidad de cartas. Al establecer estos límites, puedes pensar en:

  • La cantidad de jugadores que admitirá tu juego. ¿Será divertido el juego con solo dos jugadores? ¿Qué tal con el número máximo? ¿Habrá suficientes tarjetas y fichas?
  • La duración media de tu juego. Los jugadores necesitarán tiempo para aprender las reglas.
  • El tamaño de tu juego. Los tableros y mazos de juego grandes generalmente agregarán complejidad, alargarán el tiempo de juego y también harán que sea menos portátil.

6. Decide cómo ganarán los jugadores

Una vez que hayas escrito las ideas básicas detrás de tu juego de mesa casero, considera las diferentes formas en las que el jugador podría ganar y tenlas en cuenta mientras trabajas en el proceso de creación.

  • Los juegos de carreras hacen que los jugadores se apresuren hasta el final del tablero. En estos juegos, el primer jugador en llegar a la casilla final gana.
  • Los juegos para ganar puntos requieren que los jugadores acumulen premios, como puntos de victoria o cartas especiales. Al final del juego, el jugador con más premios gana.
  • Los juegos cooperativos involucran a los jugadores que trabajan juntos hacia un objetivo común, como reparar un submarino gnómico o detener un brote de virus.
  • Los juegos de construcción de mazos se basan en las cartas para hacer avanzar el juego. Los jugadores ganan, roban o intercambian cartas para fortalecer su mano y lograr los objetivos del juego.

7. Escribe las reglas básicas

Sin duda, estas cambiarán a medida que continúes desarrollando tu juego de mesa, pero un conjunto básico de reglas principales te permitirá comenzar a probarlo rápidamente. Al escribirlas, ten en cuenta lo siguiente:

  • El jugador inicial. Muchos juegos eligen al primer jugador haciendo que los jugadores tiren dados o saquen cartas. La tirada o carta más alta va primero.
  • La fase del jugador. ¿Qué pueden hacer los jugadores durante su turno? Para equilibrar el tiempo de turno, la mayoría de los juegos solo permiten acciones de uno o dos jugadores por turno.
  • Interacción del jugador. ¿Cómo se influirán los jugadores entre sí? Por ejemplo, los jugadores en la misma casilla pueden “batirse en duelo” tirando por el número más alto.
  • La fase sin jugador. Si hay enemigos o efectos de tablero (como incendios o inundaciones), deberás establecer en qué momentos funcionarán.
  • Resolución de resultados. Los resultados pueden decidirse con un simple lanzamiento de dados y los eventos especiales pueden requerir cartas o tiradas específicas.

8. Haz un prototipo

Utiliza prototipos para evaluar tu juego

Antes de comenzar a trabajar en el producto terminado, crea un prototipo preliminar (juego de prueba) para que puedas jugar con él. No tiene que ser bonito, pero una experiencia práctica te ayudará a ver si los conceptos básicos funcionan de la manera que planeaste.

Un prototipo es una parte vital del proceso de creación de un juego de mesa, ya que saca ideas de tu cabeza y las lleva al mundo real, en donde puedes evaluarlas con otros jugadores. No agregues detalles artísticos hasta que comiences a ensamblar el producto final. Los tableros y tarjetas simples dibujados a lápiz te permitirán borrar y hacer ajustes según sea necesario

Dibuja un borrador del diseño de tu tablero

Dependiendo del tema y la mecánica de tu juego de mesa casero, tu tablero puede incluir o no los siguientes elementos:

  • Un sendero. Los juegos simples pueden tener un solo camino que conduce a una línea de meta, mientras que los juegos de caminos más complejos pueden tener divisiones o bucles en el camino.
  • Un campo de juego. Los juegos que tienen un campo de juego no tienen un camino establecido. En cambio, los jugadores se mueven como mejor les parezca a través de áreas que generalmente se dividen en cuadrados o hexes.
  • Posiciones de aterrizaje. Estos se pueden representar con formas o imágenes. Las posiciones de aterrizaje pueden tener efectos especiales, como permitirte avanzar una casilla o robar una carta.

Reúne prototipos de piezas de juego

Los botones, las damas, las fichas de póquer, las piezas de ajedrez y las chucherías funcionan bien como prototipos de piezas de juego. Evita el uso de elementos que sean demasiado grandes para tu prototipo, ya que pueden dificultar la lectura de la información escrita en el tablero. Por último, mantén las piezas del juego simples para que no inviertas mucho tiempo en diseñar algo que termine cambiándose al final.

Usa tarjetas de juego para agregar variación

Las cartas de juego mezcladas aleatoriamente afectarán a los jugadores de formas inesperadas. Una carta a menudo cuenta una historia rápida sobre un evento que le sucede a un jugador y luego cambia su puntuación, posición o su inventario en consecuencia.
Los mazos tienen entre 15 y 20 tipos de cartas (como cartas trampa y cartas de herramientas). Estos tipos están limitados a unas 10 cartas por mazo para crear una mezcla equilibrada.
Las cartas pueden tener requisitos fuera del juego, como uno que desafía a un jugador a hablar como un pirata durante cinco minutos para ganar un premio. Los desafíos fallidos pueden tener una penalización.

9. Prueba el prototipo

Prueba tu prototipo por ti mismo

Una vez que hayas reunido todos los elementos básicos para tu prototipo, puedes comenzar a probar el juego para ver cómo funciona. Antes de probarlo en grupo, hazlo tu mismo. Usa el juego con cada jugador y registra los aspectos positivos o negativos que notes mientras juegas.

Prueba tu juego de mesa en solitario varias veces. Ajusta el número de “jugadores” y encuentra fallas. Ve si es posible que los jugadores siempre ganen con una estrategia específica, o si hay lagunas en las reglas que crean una ventaja injusta.

Prueba tu juego con amigos y familiares

Después de que hayas usado tu juego de mesa casero lo suficiente como para resolver la mayoría de los problemas, es hora de probarlo en grupo. Reúne a algunos amigos o familiares y explícales el funcionamiento. Hazles saber que es un trabajo en progreso y que agradecerías cualquier comentario.

Durante las pruebas de juego, evita agregar explicaciones adicionales. No siempre podrás aclarar las reglas.
Toma notas y verifica cuando la gente no parezca divertirse o las reglas se vuelvan confusas. Es probable que debas mejorar estas áreas.

Presta atención a la posición final de los jugadores. Si un jugador está constantemente por delante de los otros jugadores, probablemente haya una ventaja injusta.

Cambia a los jugadores de prueba para tener una mejor perspectiva de tu juego

Todos se acercan a los juegos de manera diferente y algunas personas pueden ver que faltan cosas de las que no te habrías dado cuenta por ti mismo. Cuantas más personas prueben tu juego de mesa casero, más oportunidades tendrás para encontrar fallas o puntos débiles y corregirlos.

Las tiendas de juegos y pasatiempos locales suelen tener noches de juegos comunitarios. Estos eventos son el lugar perfecto para probar tu juego y obtener las opiniones de jugadores de mesa veteranos. Es probable que la edad de un jugador afecte la forma en que enfocas tu juego. Puedes probarlo con tus hermanos menores y abuelos para comprobar si es apropiado para su edad.

Refina tu prototipo durante las pruebas

A medida que termines cada prueba de juego, haz los cambios o ajustes necesarios en tu tablero, reglas y otros componentes. Realiza un seguimiento de las funciones que han cambiado. Algunas “mejoras” pueden terminar perjudicando más que ayudando.

10. Crea el producto final

Haz una lista de los materiales necesarios

Una vez que se completen las pruebas y estés satisfecho con tu juego de mesa casero, puedes comenzar con la versión final. Cada juego tendrá necesidades únicas, por lo que tus materiales pueden variar. Haz una lista de todas las partes que necesitará tu juego terminado para que no te olvides de nada.

Los juegos de mesa caseros se pueden montar tradicionalmente en aglomerado o tablero de encuadernación. Estos proporcionan un respaldo duradero que tiene un toque profesional. Puedes utilizar un tablero de juego antiguo como base si prefieres no comprar nada. Pega papel sobre él o píntalo para ocultar el diseño anterior.
La cartulina duradera es útil tanto para cubrir tableros de juego como para hacer tarjetas de juego. Los naipes en blanco se pueden comprar en la mayoría de las tiendas de pasatiempos y se pueden hacer fichas y contadores simples cortando o perforando círculos de cartulina

Ilustra tu tablero

Tu tablero será la pieza central de tu juego de mesa casero, así que siéntete libre de ser creativo con el diseño. Asegúrate de que el camino o el campo de juego esté claramente marcado y que todas las instrucciones en la pizarra sean fáciles de leer. Tu imaginación es el límite a la hora de decorarlo.

Puedes usar impresiones listas, tales como papel estampado, pintura, marcadores, recortes de revistas y más para darle vida a tu tablero. Un diseño vibrante y llamativo será más atractivo para los jugadores. Por otro lado, el color también es una excelente manera de crear un estado de ánimo. Un juego con temática de vampiros, por ejemplo, probablemente sería oscuro y espeluznante. Los tableros de juego se manipulan con frecuencia y pueden desgastarse con el tiempo, así que puedes proteger el tuyo cuando sea posible.

Crea las piezas del juego

La forma más sencilla de hacerlo es dibujar o imprimir imágenes en papel y luego pegarlas con cinta adhesiva o pegarlas a un respaldo resistente, como cartulina. Si estás creando un juego de mesa familiar o para amigos, incluso puedes usar fotos reales de jugadores. En cambio, si deseas piezas de juego con un aspecto más pulido, lleva tus diseños a una impresora profesional e imprímelos en papel grueso y de alta calidad.

Coloca las piezas de tu juego de mesa casero en soportes de plástico para tarjetas para darles una base resistente. Los soportes de plástico para tarjetas de juego se pueden comprar en la mayoría de las tiendas de pasatiempos y minoristas generales. También puedes intentar usar piezas de ajedrez caseras, figuras esculpidas en arcilla polimérica o animales de origami.

Reutiliza dados viejos o crea los tuyos propios

Si tu juego de mesa implica el uso de dados o una ruleta, puedes usar los de los juegos comprados en la tienda. Por otro lado, puedes crear tu propia ruleta con cartón, una chincheta y marcadores e incluso puedes elegir dados con más lados para disminuir las probabilidades de que se repitan los números.

A menudo se usan colores para determinar los movimientos del jugador. Por ejemplo, si giran la flecha y cae en amarillo, su pieza avanzará al siguiente cuadrado amarillo. Esto es ideal para las rondas de premios. Si un jugador roba una carta de premio o aterriza en un cuadrado especial, podría usar una ruleta para determinar su recompensa.

Escribe tus tarjetas de juego, cuando sea necesario

Es probable que las cartas simples no capten el interés de los jugadores. Usa gráficos, descripciones creativas y frases ingeniosas para agregar un poco de sabor a tu mazo. Crea las cartas de tu juego de mesa casero con naipes en blanco comprados en una tienda de pasatiempos para darle una apariencia de alta calidad o utiliza cartulina.

Conclusión

Ahora que conoces los pasos para hacer juegos de mesa caseros, ¿te animas a intentarlo?

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